donepi escribió: Como punto negativo, he de decir que uno tiene una idea maravillosa sobre tal personaje, lugar o lo que sea, y cuando va a plasmar su idea, se da cuenta de que alguien se le ha adelantado y ha creado antes esa carta tan supuestamente "ingeniosa" que habías pensado. Y baja la moral un poquito.
Al contrario, yo más bien diría que anima mucho, pues era verdad que hacía falta esa carta. Otra cosa es si alguien inventa la carta que tú querías, pero muy diferente a cómo pensabas. Por ejemplo, para mí, Doña Lobelia Sacovilla, gran dama hobbit y ejemplo para el mundo es claramente guerrera y sabia.
Pero yo más que ideas para cartas individuales, pienso es una expansión porque es más un estilo de juego que otra cosa. De hecho, muchas de las cartas que ya existen encajan muy bien con lo que yo tengo en mente:
Veréis, se trata de que en la obra de Tolkien, un factor muy importante es la música y las canciones. Los personajes están todo el rato cantando, y esas canciones realzan el valor de lo que ha sucedido o lo que va a suceder; lo hace más épico. No sirve de nada que Boromir muera heroicamente defendiendo a los dos canijos (si fuera Doña Lobelia, naturalmente, sería ella quien le defendiera a él
![Smile :-)](./images/smilies/icon_smile.gif)
) si no hay nadie después para cantar un lamento por él. No sirve de nada que Theoden abata a la serpiente negra si nadie canta la balada de los túmulos. Por eso (y por muchas otras cosas) la expansión en la que yo pienso se llamaría "Los bardos".
No son avatares, no cambian el juego en sí. Son solo personajes, poco poderosos además, que pueden jugar "canciones" (cartas de recursos sólo jugables por bardos) para ganar puntos de victoria adicionales, u otras ventajas parecidas. Además, facilitan poner en juego facciones y aliados.
A efectos de juego, se trata un poco de ir de machote, revelando tu juego. Por ejemplo, si alguien saca la semilla del arbol blanco, tiene toda la pinta de que va a querer jugar el arbol blanco, por lo que su rival sabe que tiene que liarla parda en Minas Tirith para impedirlo.
Pues bien, esto es lo mismo. Si un bardo enano juega en Bolsón Cerrado "Más allá de frías montañas" y consigue "almacenarla" en la montaña solitaria, gana un chorro de puntos de victoria, porque todo el mundo sabía lo que iba a hacer y están metiendo más dragones en la montaña solitaria que números rojos en mi cuenta corriente a fin de mes.
Será necesario "hacer menos cosas", porque las que hagas tendrán recompensas adicionales. Pero al haberlas declarado, estas "menos cosas" serán más difíciles de hacer, serán más épicas, tendrán más renombre (de eso se encargan los bardos) y facilitarán que tu mago sea elegido el más chulo del barrio. Naturalmente, también valdría para los chicos malos, pero esos los tengo menos claros.
Vosotros tenéis muchísima más experiencia que yo en esto. ¿Creéis que esto ayuda al juego, o más bien lo entorpece? y por otro lado ¿un bardo, debería ser un personaje o mejor un aliado? (Sea como sea, la carta "Lindatan, Dunedain héroe bardo" dara 137 puntos de victoria o más, y la carta "Nimirûkhôr, Dunedain agente bardo" lo mismo. )
Un saludo.